martes, 4 de mayo de 2010

Martyrs (2008)


Género: Terror psicológico, gore
Valoración: Muy buena

Se puede hablar de películas de terror, en conjunto y, aparte, hay que hablar de Martyrs (2008). Se puede hablar del género gore, del slasher o del más sobrecogedor que hayamos visto. Pero Martyrs es otra cosa. Y, por si fuera poco, va más allá. Mucho más.
Se ha dicho de todo sobre este film. Se ha especulado. Se ha murmurado. Pero hay algo que está claro: nadie ha exagerado. Pascal Laugier, su director, creó esta obra para provocar. Lo consigue. Es una cinta polémica, asombrosa y que algunos han catalogado como de mal gusto. En este sentido, existen críticos que la han demonizado sin ambages. Dicen que es un cruel slasher. Comentan que no es más que violencia gratuita. Pero la realidad es que estas críticas, lanzadas muy a la ligera, no están fundamentadas en nada. Violencia gratuita sería, por ejemplo, la serie de Guinea Pig o la infumable obra Gurotesuku.
Otros muchos críticos, afortunadamente, opinamos que Martyrs es una gran película. De hecho, nos encontramos frente a un caso muy curioso. Esta obra puede diseccionarse en dos o tres grandes bloques. En su primera parte, podemos visualizar un film de terror de poderosa calidad y, vale decir, bastante original. Es una primera parte cruda, llena de tensión, que deja al espectador sin aliento. Laugier podría haberse dado por satisfecho tan solo con haber rodado esta parte. Pero él decide dar una vuelta de tuerca espeluznante. Y el segundo bloque es infinitamente más horripilante que el primero.
En mi opinión, es la película de terror más dura de todos los tiempos. Ríete de Hostel, de La Matanza de Texas, de La última casa a la izquierda, etc. Allí donde estas producciones deciden, piadosamente, no hacer sufrir más al espectador, es justamente donde Laugier comienza a disfrutar. Él mismo sabía que iba a cabrear a los espectadores. Incluso quería abofetear a los más duchos en el género. Y vaya si lo consiguió... En mi caso llevaba semanas buscando algo duro y original. Recorrí mil recodos de Internet para hallar algo que fuera capaz de aterrorizarme. Y tras numerosos chascos (verbigracia chiquilladas como Daybreakers), Martyrs me dio lo que deseaba. Lamentablemente, me dio incluso demasiado. Sentí que me habían propinado una paliza. Y es que si buscaba fuego, en verdad ese día mi sensibilidad quedó carbonizada.


No se engañe el espectador incauto. En esta obra apenas hay sangre, no hay cerebros despachurrados a golpe de martillo, ni vísceras colgando de un gancho. Al director con talento no le hace falta todo esto (de igual modo que en Déjame entrar no se ven ni tan siquiera los colmillos del vampiro...). El pavor está más en lo que se insinúa, en lo incierto. Y es que inmersos como estamos en un mar de producciones con argumentos insoportablemente predecibles, Martyrs, por el contrario, arrea durísimo al alma, jugando magistralmente con el desasosiego del espectador. Llega un momento en que se produce una súplica interior: "Por Dios, tanto sufrimiento no puede soportarse. ¡Qué es lo que va a suceder ahora!".
Si la quintaesencia del cine de terror es hacer sentir incómodo al espectador, esta cinta de celuloide va a cumplir de sobras su cometido contigo. Vas a ser un conejillo de indias entre las manos de P. Laugier. Se te revolverá algo más que el estómago. No existe un cine norteamericano de esta guisa: la moral norteamericana, su talante, se lo impide. No se atreven a penetrar en esta jungla pintada con tan mala leche.
Por último, recalcar que también se ha atacado a Martyrs aduciendo un guión flojo, o acusándola de que no tendría sentido si no fuera por los últimos cinco minutos. A este tenor, sólo puedo decir que se corrobora una de mis teorías: cuanto más perfecta es una película, más se empeñan algunos en exigirle cualidades que la película misma jamás quiso tener. Así, los hay quienes dicen que no se creen la historia de La cuarta fase (¿acaso el director quiere que te la creas?); o quienes aseguran que una posesión como la de El exorcista es imposible y que, por ende, la película es ridícula (¿problemas para distinguir verídico de verosímil...?)
En conclusión, es una muy buena obra. Si decides verla, prepárate. Recomendable sobre todo si disfrutaste viendo A l'interieur y eres morbosillo/a.

Recomendada a: Amantes del cine de horror extremo pero de calidad, con estómago para soportar el más bizarro terror psicológico, con bastantes toques gore.

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